La expositora hace una reflexión, desde la perspectiva española, de cómo la figura y obra de Alighieri influyó en la literatura. |
En el contexto del ciclo de conferencias que tiene programado para este año el Seminario Permanente del Centro de Estudios Medievales UGM, que se centrará en la figura de Dante Alighieri, se llevó a cabo la segunda ponencia. La exposición titulada “Dante en España: los infiernos de amor”, estuvo a cargo de la Magíster en Humanidades y Arte, con mención en Estudios Medievales UGM, Profesora de la Universidad de los Andes y parte del área de Extensión de la Facultad de Filosofía y Educación de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, María Jesús Blanco.
La expositora abordó la obra de Dante y de Dante en sí, además de ahondar en la influencia del escritor en la literatura, en esta ocasión, desde la perspectiva española. “Respondo desde la literatura española, en particular, revisando un género de la poesía bajomedieval: los infiernos de amor, surgidos en directo diálogo con el círculo del Infierno de la (Divina) Comedia en que se paga el pecado de la lujuria. Lo cierto es que, en la península ibérica, aunque en un principio predominó el deslumbramiento ante la obra de Dante, pronto se puso en tensión la recepción de esta; por eso nos encontramos con “infiernos de amor” que siguen muy directamente el ejemplo del modelo, mientras que otros se alejan”, explica Blanco.
Sumado a lo anterior, la ponente detalla que si se estima a la práctica literaria “como parte de un campo comunicativo dinámico y complejo, podemos entender que la incorporación de materiales, estilos e ideologías provenientes de un entorno cultural distinto, no solamente pueden —ni deben— ser recibidas pasivamente”, en ese sentido, “varios autores, como García de Pedraza, optaron por cultivar una poesía (antes del siglo XVII el término literatura no existía y era “conocido” como poesía o elocuencia) que fuera propiamente castellana, definida en algunos aspectos en oposición a la alegoría dantesca”.
Bajo ese prisma, Blanco afirma que Dante como referente no es puesto en duda, pero que “ese prestigio no significa que fuera siempre un modelo a imitar, sino que se le consideró como un elemento cultural frente al cual podían tomarse actitudes diversas, desde la admiración hasta el rechazo. Estas tensiones y, en definitiva, las actitudes que se toman ante los aportes de Dante y la tradición italiana permiten observar los ritmos de evolución de la poesía castellana a finales de la Edad media y principios de la Modernidad”.
También, en cuanto a la iniciativa para este año del Seminario Permanente, María Jesús Blanco considera que el trabajo que se está haciendo desde el Centro de Estudios Medievales en conmemorar a Dante Alighieri, “es un gesto muy necesario”, ya que “las fuentes de la Edad Media no contienen un sentido único que se mantiene intacto desde hace siglos; cada lectura las actualiza, y las distintas épocas, las distintas culturas, dicen mucho de sí mismas según cómo leen el periodo medieval y los posicionamientos que se toman frente a él”.
“Al dedicar un Seminario anual a la figura de Dante, se genera un espacio para reflexionar sobre una obra maestra y la cosmovisión que envuelve, de tal forma que podemos enriquecer nuestro presente gracias a ese ejercicio reflexivo. Una instancia de intercambio de conocimiento y de experiencias como lo es esta, configura un espacio privilegiado (aunque sea virtual) para la vida en sociedad y el fortalecimiento de la cultura”, finaliza.